Capitulo 16.

Jack buscaba mi boca, y cuando por fin me besaba se aferraba a mis labios, sin dejar de rozarlos con los suyos ni un momento. Sentía que me necesitaba. Me estrechó entre sus brazos y yo rocé el cielo.

¡Rrrrrrrrrrriiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiinnnnnnnnnnnnnnnnnnnngggggggggggggg!

-          ¡Ugg! ¡Maldito despertador!- maldije mientras lo apagaba de un golpe seco.

-          Vaya, de que buen humor te despierta hoy, ¿eh?- ironizó Valerie.

Puse los ojos en blanco, evitando su comentario, pues sabía que solo le contestaría de mala manera y ella no tenía la culpa de nada.

Me levanté y fui directa al baño. Me lavé la cara y limpie con una toallita un poco de maquillaje que tenía en el rabillo del ojo. Me puse una diadema y esparcí crema hidratante por mi cara. Saqué el maquillaje y me pinté lo justo y lo necesario para parecer natural y que no se me corriera con el sudor. Dejé la diadema a un lado y fui a vestirme.

Me puse un pantalón de chándal muy corto y ajustado, que marcaba mis curvas. Me coloqué una camiseta de tirantes y encima una sudadera ancha de “Gap” gris que dejaba a la vista mi hombro. Me hice una cola de caballo y salí de la habitación, necesitaba aire fresco.

* * *

-          ¿Vamos juntos?- me preguntó Dereck, acercándoseme por la espalda.

-          Sí, por favor- dije, aliviada de ver que ya tenía pareja- si me pongo con cualquier otra persona le hablare con malas formas y no pretendo caer mal a la gente, ¿sabes?

-          ¿Estas de mal humor?

-          He soñado con él.

-          Bah, los sueños sueños son, así que olvídale y vamos a inscribirnos- me sonrió Dereck.

-          Sí, bueno, será lo mejor ¿no?- me encogí de hombros.

-          Y si no consigues olvidarle, siempre puedes hacer que cambie de opinión.

Estábamos en un área de descanso, a unos 10 km. de la montaña. Una profesora rubia que no sabía quien era y el señor Mr. Hoockins, mi profesor de matemáticas, estaban tras una mesa blanca, y se encargaban de inscribir a los alumnos.

-          ¿Y como lo hago, Einstein?

-          Haciéndole ver lo que se pierde- Dereck me guiñó un ojo.

Una chica pelirroja y alta se acercó con soltura y cierta frescura a nosotros, agarró el brazo de Dereck, alejándolo notablemente de mí.

-          ¿Cari, vamos juntos?

-          Lo siento, Sofía, pero ya tengo pareja- Dereck hizo una mueca.

Así que ese palo andante era Sofía, la novia de Dereck. ¿Cómo podía estar con ella? A simple vista saltaba que era una estirada. Sin saber muy bien porqué, me empezó a caer mal en ese mismo instante. ¿Nunca os ha pasado que os ha caído alguien mal simplemente porque si?

-          Venga, va, seguro que tu amiguita no le importa- la palabra “amiguita”, viniendo de su boca, sonó asquerosa.

-          Mira, Martha, aun no tiene pareja, ves con ella- dijo Dereck- luego nos vemos, ¿vale, princesa?- le dio un beso en la mejilla.

-          Esta bien, ya me recompensaras mas tarde- dijo Sofía mientras le daba un beso en los labios y se alejaba con aires de grandeza.

Fue hacia Martha y las dos se estrecharon en un rápido y fugaz abrazo, fue entonces cuando caí en la cuenta de que esa Sofía, debía ser la prima de Martha.

Nos inscribimos en las listas y nos dieron una brújula y un mapa. Luego, nos fuimos a sentar en un banco de piedra.

-          ¿Por donde íbamos?- comenzó Dereck- Ah, sí, ya me acuerdo- se dio un toquecito con los nudillo en la cabeza- tienes que hacer que se de cuenta de lo que se ha perdido.

-          ¿Cómo?

-          Te digo yo que si con esos pantaloncitos que llevas no lo consigues, el chico es ciego- me sonrió Dereck.

Le di un codazo.

-          ¿Qué? ¡Es verdad!- se rió Dereck.

-          Tampoco son tan… provocativos.

-          Pero te quedan genial.

-          ¿El señorito me esta piropeando?- me reí- no siga así, o tendré que hacer constancia de ello a su novia.

-          ¡Oh, no! ¡Ya empiezas a romper parejas!

Estallé en carcajada cuando Dereck se alejo un poco de mí e hizo una cruz con los dos dedos índice imitando al exorcista de “La niña del exorcista”, mientras decía:

-          Barem retum, Satanas.

Me di media vuelta, y vi como la profesora rubia se ponía en pie y cogía un megáfono.

-          Bien, alumnos, la carrera comenzara dentro de nada, así que los que no tengáis brújula ni mapa venir inmediatamente aquí- dijo la profesora- en menos de cinco minutos iniciaremos el descenso hacia la montaña.

Observé al bullicio de gente que se congregaba en el aria de descanso. Mi mirada se cruzó con la de Jack, pero enseguida él la desvió.

Veinte minutos mas tarde volví a buscar su mirada, al pie de la altísima montaña, pero él ni me miraba. Estaba con unos amigos, riéndose, y rodeando por la cintura a una chica rubia. Sofía se acercó también al grupito, y le paso el brazo por los hombros a Jack, mientras le besaba la mejilla. Aquello ya era suficiente. Me quité la sudadera, quedándome con la camiseta de tirantes rosa, me hice un nudo sobre el ombligo, dejando así mi barriga plana al aire. Vi de soslayo que Jack me miraba. Me acerqué a Dereck y le susurré al oído:

-          Ríete, por favor.

Él hizo lo que le decía.

-          ¿Intentas ponerle celoso?

-          Claro, por favor…

Posó sus manos en mi cintura, rodeándola, y me dio un leve beso en el cuello, yo hice como si me sonrojaba y le sonreí tímidamente. Le miré a los ojos y murmuré un: “gracias”.

Supe que Jack había admirado la escena a pesar de que cuando me volví a concentrar en él, miraba hacia la chica rubia, que debía de estar diciendo algo gracioso, pues todos se reían al compás de sus palabras. Vaya, además de guapa y rubia, era graciosa.

-          Vestirte como una fulana y dejarse besar en el cuello por otro no creo que funcione con Jack Van Harse.

Le miré desconcertada.

-          Pero… ¿Qué dices? Sí Jack solo es…

-          … solo es el chico que te gusta- dijo Dereck, mientras guardaba unas bebidas isotónicas en la mochila- he visto como le buscas con la mirada, como te pones celosa cuando abraza a otras.

-          ¿Acaso a ti no te molesta que sobe a tu novia?

-          No se soban, además, son amigos desde la infancia.

Resoplé mientras me deshacía el nudo de la camiseta. En algo tenía razón: con aquellas pintas parecía una fulana.

-          Ahora, vamos, que no me gusta perder.

-          ¿Ya empieza?

Dereck asintió.

* * *

-          Enserio, eres tonto,  no sé ni cómo eres de mi familia- oí que decía Wendy- ¡nos hemos vuelto a perder!

-          ¡Eres tu la que lleva el mapa!- se quejó Francis.

-          ¡Ya! Pero si no sabes diferenciar entre el Norte y el Sur yo no puedo hacer gran cosa.

Pasamos por su lado, Dereck le saludó con la mano, pero ellos seguían enfrascados en su riña y no parecieron darse cuenta.

-          Me alegra ser hija única- dije- siempre he odiado las peleas de hermanos.

-          ¿Hija única? Puuuaaaaffff, que suerte que tienes, chica- dijo Dereck, mientras esquivaba un pedrusco esparcido por el suelo- yo soy le menor de cinco hermanas.

-          ¿Cin…cinco?

-          Y todo chicas.

Abrí los ojos por la impresión. Dios, cinco hermanas.

-          ¿Derecha o izquierda?- le pregunté, al ver que el camino se dividía en dos cruces.

-          Mmm.. pues… ¿Qué te dice la intuición?

-          ¿Intuición? ¿No sería mas fácil seguir lo que dice el mapa?

-          Es que no aparece ningún cruce…

Nos decidimos por el de la izquierda, pues al girar el mapa nos dimos cuenta de que lo habíamos estando viendo todo el rato al revés. Genial. El sendero derivó a un bosquecillo de matorrales y moreras.

Bebí un trago de agua y me sequé el sudor de la frente con la camiseta. Me acerqué a una morera, dispuesta a coger unas cuentas moras. Me encantaban. Dereck se quedó sentado sobre una roca, observando el mapa. Me agaché y cogí unas cuantas moras negras. Me metí una en la boca. Deliciosas. Me introduje un poco mas en las profundidades de aquella boca de oscuridad, haber si había también moras rojas.

-          Pues dile a tu novio que no toqueteé a Elisabetta- dijo Jack.

Pude apreciar como Sofía fruncía la nariz.

-          Los he visto muy cariñosos- espetó Jack.

¿Estaba celoso? ¿Mi plan había funcionado? Sonreí para mis adentros.

-          ¡Jack! Venga, vamos, que no quiero quedarme la ultima…- oí que se quejaba otra chica. Me puse de puntillas y pude ver que se trataba de la rubia graciosa que  acababa de hacer presencia apareciendo detrás de un tronco.

Se acercó a Jack y le sonrió dulcemente.

-          Voy a buscar a Martha, os dejo chicos, ya nos veremos en la cima- dijo Sofía- y Jack, tranquilo, ya hablare con esa zorra, te aseguro que no volverá a sobar a mi novio- ¿esa zorra? ¿me acababa de llamar zorra?- Gracias por preocuparte por mi.

La pelirroja le dio un beso y desapareció de mi panaromica.

La chica rubia se puso de puntillas y abrazó a Jack.

-          Jack… he pensado que esta noche podíamos ir… nose.. al auto-cine ¿Qué te parece?

-          Me parece que mañana hay clases.

-          ¿Y? ¿Acaso no prefieres pasar la noche conmigo que haciendo deberes?- dijo la chica rubia mientras se humedecía los labios con la lengua.

Puta. Puta. Puta. Puta.

Si las miradas matasen esa rubia huesuda ya estaría muerta y sepultada.

Se acercó más a él y al ver que no se apartaba, se inclinó en busca de su boca.

¿Hace unos segundos había sufrido un ataque de celos y ahora se besaba con otra?

No podía ver mas esa imagen así que me fui, corriendo, y con las lagrimas aguando mis ojos. Cuando volví, Dereck no estaba. Me senté sobre la tierra humedecida, me daba igual mancharme el short, ya me daba igual todo. No llevaba mas de una semana en aquel estúpido internado y ya había llorado como nunca. Yo no soy de esas que lloran por todo, es mas, odio llorar en público, que me vean débil, se que suena a una gilipollez, pero es la verdad. No me gustaba parecer débil. Si Jack prefería a esa rubia flacucha antes que a mi pues que fueran felices yo ya pasaba de mendigar sus sobras y de intentar ponerle celoso con Dereck.

Oí el frufrú de una hojas y alcé los ojos. Frente a mí estaba Dereck que llevaba en la mano su gorra, llena de moras.

-          Mira lo que he encontrado- sonrió- ¿Quieres?- me tendió la gorra.

Negué con la cabeza, se me había quitado el hambre.

-          ¿Te pasa algo?

-          Jack y la rubia esa se han besado- dije- lo vi cuando fui en busca de moras.

Dereck se acercó a mi y se sentó a mi lado.

-          Si te hubieras quedado un poco mas hubieras visto como Jack se dejaba rozar los labios pero acto seguido se iba con una tonta escusa.

-          ¿Qué?

-          Pues eso, que no se han enrollado ni nada, es mas, tu Jack se ha apartado y todo.

Enarqué las cejas.

-          Ahora ten- me dio una mora- están riquísimas.

Sonreí y cogí una.

* * *

-          He visto lo mimosos que estabais antes de subir a la montaña- dijo Valerie mientras se deshacía la trenza que llevaba.

Puse los ojos en blanco.

-          Tiene novia- sentencie.

-          ¿Y desde cuando eso es un problema?- rió Cinthia.

Estallamos en risas.

-          Si que es un problema cuando la novia es una bruja en todos los sentidos- dije.

-          Ahí estoy de acuerdo contigo, que pena que después de quemarla en la hoguera renaciera- dijo Wendy.

-          ¿La quemaron en la hoguera?- preguntó Valerie que ya se había quitado toda la ropa y se dirigía a la ducha.

-          Sí- dijo Wendy- pero ese no es el caso. El caso es que tu haces mucho mejor pareja con Dereck que esa bruja.

Me metí en la ducha y abría el grifo dirección al agua caliente. A mi lado estaba Cinthia, enjuagándose su melena rubia y al otro Valerie que se enjuagaba su cuerpo lleno de jabón. Wendy se echaba suavizante en el cabello.

-          Solo somos amigos.

Solo había dicho la verdad sin embargo las chicas comenzaron a reírse. ¿Qué tenía de malo decir que solo éramos amigos?

-          Solo amigos, seguro- dijo entre risas Valerie.

-          Ssshhtt, calla, que ha entrado alguien- nos chistó Wendy.

Se hizo el silencio en la gran ducha y solo se oía el chisporrotear del agua.

-          Martha, me ha dicho Paloma que el viernes de la semana que viene hay fiesta en el descampado, vienes ¿no?- enseguida reconocí la voz de pito de Sofía.

-          ¡Claro! Hay que celebrar el principio del curso- dijo entusiasma Martha.

-          Sí, será una gran noche- dijo Sofía- además de que pondré a mas de una zorra en su lugar.

-          Uy… ¿Quién te ha intentado quitar al novio ahora?- rió Martha.

-          Bah, una don nadie- dijo Sofía- la hermanastra de las gemelas.

-          ¿Elisabetta?

-          Sí, esa- dijo con desprecio Sofía- ¿has visto que nombre mas ridículo tiene?- se rió.

Eso si que no lo aguanté más. Podía soportar que me insultara, que me llamara zorra o lo que le diera la gana pero no que se metiera con mi nombre. Me enrollé rápidamente una toalla alrededor del cuerpo y salí de la ducha con el cabello chorreando.

-          ¿Qué problema tienes conmigo?- le dije con altanería.

-          Quitando que eres una zorra, ninguno.

-          Perdona, pero eso lo será tu, que te sobas con otros teniendo novio.

-          ¿Pero que dices, chica? ¡Eres tu la que intenta quitarme al novio!

-          A lo mejor si no fueras tan fresca no tendrías miedo de que te lo pudieran quitar- le dije.

Sofía alzó la mano y me pegó una hostia. No tardé ni un segundo en devolvérsela.

-          Eh, chicas, venga parar ya.

Valerie, Wendy y Cinthia habían salido ya de la ducha y se habían puesto entre nosotras para evitar que nos liáramos a hostias.

-          ¡Que pare ella! Acaba de llegar y ya se cree la reina- dijo Sofía- cuando no es nadie.

-          ¡Sofia! Basta, ¿vale?

-          No, no vale dijo Sofía, esquivando a Valerie y acercándose a mí. Alzó su dedo índice y me señalo con él, apuntando hacia mi pecho- te juro que te arrepentirás de haber venido al Buchiller.

Tras decir esto desapareció del baño.

-          Lisbeth, no le hagas caso, en el fondo es buena persona, solo que odia que tonteen con Dereck- me dijo pacíficamente Martha- entiéndela, es su novio y que venga una chica nueva y que él prefiera estar con ella de pareja y se deje susurrar cosas al oído por ella…

-          No la intentes justificar, Martha- la interrumpió Cinthia.

-          Venga, chicas, olvidemos el tema y vamos a cenar ¿vale?- apaciguó Wendy.

Tras secarnos el pelo y vestirnos, bajamos al comedor. Nos sentamos donde siempre y ni siquiera me digné a mirar a Daniel. Seguía enfadada con él. No había ni rastro de Dereck. Aunque lo cierto era que aun quedaban unos minutos para que sirvieran la cena.

-          Lis, ¿podemos hablar, por favor?- me susurró Daniel.

-          No tengo nada que hablar contigo, Daniel- dije fríamente.

Daniel se levantó bruscamente de la silla y se alejó de la mesa.

-          ¿Dónde vas, hermanito?- preguntó Alice.

-          Se me ha quitado el apetito- dijo Daniel antes de salir del comedor.

Se me revolvieron las tripas, no me gustaba estar enfadada con él, pero le había pegado una paliza sin motivo a Jack y eso me dolía horrores.

Tras acabarme el emperador al pilpil y el postre, desaparecí del comedor en busca de Dereck. Quería hablar con él antes de que lo hiciera esa bruja y le cambiara la versión de los hechos. No quería que se enfadara conmigo. Ni él ni Jack habían bajado a cenar. Jack ya me daba igual (o intentaba que me diera) pero con Dereck quería hablar.

Recordaba vagamente donde estaba la habitación de Dereck, pero antes de ir hacia allí quería ir a mi habitación a coger su chaqueta. Entré y mi sorpresa fue enorme al ver a Alice, Sofía y la rubia esquelética cuchicheando en el sofá.

-          Buenas noches- dije por simple educación.

-          Buenas noches, Lisbeth- respondió Alice.

Les di la espalda y abrí mi baúl. Notaba sus ojos clavándose en mi espalda. Saqué la chaqueta de beisbol de Dereck y me dirigí a la puerta.

-          ¿Qué haces con la chaqueta de Dereck?- preguntó maliciosamente Alice.

-          No te importa- dije, cortante.

-          Así que es verdad eso que me dijo Jack de que anoche te vio saliendo de su cuarto- dijo la rubia- ¡Te esta poniendo los cuernos con esa, Sofía!- gritó mientras me señalaba dramáticamente. Oh, no, nunca le darían ningún Oscar.

-          ¡Eh, un momento! Yo no tengo nada con Dereck.

-          ¡Serás zorra! ¡Te aseguro que no me lo quitaras!

Ya estaba harta de oír estupideces así que salí de la habitación, cerrando la puerta tras de mí.

Pasé todo el pasillo femenino y me enfrasqué en el masculino, en busca de la habitación de Dereck. En cuanto estuve frente a su puerta, alcé el puño, dispuesta a tocar la puerta, pero antes de que lo hiciera esta se abrió.

-          Jack…- murmuré.

-          Hola, Lis- dijo fríamente, y desapareció de mi vista.

Me mordí el labio y entré.

-          ¿Dereck?

-          Pasa, Lis, ¿Qué tal?

-          Bien, te he traído la chaqueta- le dije- ¿tu?

-          Aquí andamos- dijo Dereck- no hacia falta que me la trajeras tan pronto.

Le tendí la chaqueta y él la cogió. La guardó en un armario y se sentó en el sofá. Me senté a su lado.

-          ¿Qué hacia Jack aquí?

-          Por lo visto si que ha dado resultado tu plan.

-          ¿Esta celoso?

Dereck asintió.

-          Bueno, según él, lo hace por Sofía, pero eso no se lo cree nadie- rió Dereck.

-          Bueno, ya me da igual lo que crea- dije- paso de él.

-          ¡Fantástico!- dijo Dereck- por cierto… ya me he enterado de que te has peleado por mi- añadió con cierta sorna.

Le pegué un codazo amistoso.