jueves, 12 de abril de 2012

Capitulo 18.

-          Felices dieciséis…- dijo entre sollozos Cris.
A pesar de tenerla al otro lado de la línea, supe que estaba llorando. Se notaba en su voz, y eso que no se escuchaba muy bien a través del teléfono.
-          Gracias, Cris- dije- ¿Qué te pasa? ¿Estas bien?
-          ¡No!- gritó Cris- ¡Está con Julia! ¡Julia!
-          ¡¿QUE?!
-          Mi ex y una de mis mejores amigas, pero.. ¿Por qué me han hecho esto? Sabía que iba a ser duro volver al instituto, verle todos los días y que probablemente ya estuviera con otra, pero que esa otra sea Julia… me mata, te lo juro, es horrible.
-          Tranquilízate, Cris… ¿Cuánto llevan?
-          ¡Eso es lo peor!- sollozó mi amiga- ¡Desde Agosto!
-          ¡Que cabron! No me digas que justo después de que cortaseis se enrolló con ella.
-          Pues eso parece, y la muy puta no me dijo nada. ¡¿Pero se puede ser mas falsa?!
-          Jamás me lo hubiera esperado viniendo de ella, enserio- murmuré.
-          Bff… me haces tanta falta, te hecho tanto de menos.
-          Y yo a ti, Cris, muchísimo- dije con plena sinceridad- celebrar mi cumpleaños sin ti no es lo mismo.
-          Mierda, me tengo que ir al entrenamiento, lo siento, Lis, ¿hablamos mañana, por favor?
-          Claro, cariño, y tu no te preocupes ¿vale? No merece la pena que estés mal por esas porquerías de personas.
-          Lo intentaré, adiós, Lisbeth- dijo Cris- y feliz cumpleaños.
Colgó. Sentí mucha pena por ella. Ella nunca había creído en el amor verdadero, siempre había ido de chico en chico sin enamorarse del todo, pero entonces conoció a Martin y todo eso cambió. Se enamoró de verdad y lo suyo fue un amor de película. Pero entonces llegó el verano y bueno… pasó lo que pasó y rompieron. Tras siete meses de amor todo se rompió y todo por culpa del sinvergüenza de Martin. ¡Que se tenía que centrar en los estudios!, le había dicho cuando al día siguiente lo encontramos en la biblioteca, sí, pero comiéndole la boca a otra chica. Cristina lo había pasado fatal y le costó muchísimo superarlo, y ahora… ahora… ¡Ahora estaba con Julia! Que había sido como otra mas para nosotras. Como una hermana. Pero que falsa, que cabrona, era la gente. Y que puta, también. Ya llamaría a Julia y hablaría seriamente con ella, ahora no, que estaba en caliente, no le podría decir mas que los insultos que la describían tan bien. ¿Pero que amiga salía con “EL EX” (en mayúsculas) de otra amiga en secreto? Bff… Que bien empezaba mi cumpleaños, ¿no?
Guardé el móvil en la mochila y salí del baño. Cuando salí no había nadie en la habitación, pero no me sorprendió, pues Valerie me había dicho que no tardarían en bajar a desayunar. Era sábado y aun así teníamos que madrugar, pues el desayuno en fin de semana lo servían de 9:30 a 10:30. Miré el reloj que marcaba las diez y tres minutos. Me miré en el espejo: me había dejado el cabello suelto que caía mas allá de mi cintura y me había pintado los labios. Llevaba puesta una minifalda vaquera y unas sandalias romanas. Llamarón a la puerta. Como la tenía a escasos centímetros de mí estiré el brazo y giré el pomo.
-          ¡¡¡¡FEEELIIIICIIIDAAADEES!!!!- gritó Daniel.
Sostenía en una mano una magdalena de chocolate con una vela encendida y la otra mano la escondía tras la espalda.
-          Muchas gracias, pasa pasa- le sonreí- no tenías porque traerme nada.
-          ¿Cómo que no? No se cumplen dieciséis años todos los días.
Pasó y nos sentamos en el sofá. Soplé la vela entre sonrisa y sonrisa. Daniel la partió en dos y me tendió una mitad.
-          Está rellena de nueces, pruébala, es una receta especial- dijo Daniel.
Dios mío, estaba de muerte. Daniel me tendió el paquete envuelto que había estando ocultando tras la espalda. Sonreí dejando ver mis blancos dientes.
-          Toma, espero que te guste- dijo tímidamente mi hermanastro.
-          Viniendo de ti, seguro que me gusta.
Cogí el paquete verde brillante y lo desenvolví. Me quedé muda al ver lo que tenía entre las manos. Era un portátil cuya tapadera estaba hecha por un collage de varias fotos mías y de mis amigos: Cris y yo haciendo el tonto en el parque, unos amigos y yo en la playa, yo cuando gané el campeonato de natación… Además era muy ligero y como el mío se me había olvidado en casa no podría haber encontrado ningún regalo mejor.
-          ¡Es fantástico, Daniel! ¡Justo lo que me hacia falta!- me abalancé contra él, con cuidado de que el portátil no se cayera al suelo, y le abracé con fuerza.

* * *

Saqué los libros de la mochila y abrí la taquilla, dispuesta a guardarlos dentro. Cual fue mi sorpresa al ver una cajita dentro. La abrí. Dentro había un juego de collar, pendientes y pulsera de finísimos diamantes en forma de lagrimas. Oh, my god.
-          ¿Te gusta?- dijo nerviosamente Valerie, que apareció de repente tras mi taquilla.
-          ¿Qué si me gustan? ¡Son preciosos, Valerie!- la abracé- ¡Gracias!
-          ¡Seguro que van genial con tu traje para el baile!
-          ¿Baile?
-          Si, el que hay en honor al cumpleaños de la directora, dentro de dos semanas.
-          Bueno, aun no tengo vestido, pero seguro que van genial- dije, con una sonrisa.
-          Y…- de repente aparecieron entre sus dedos dos tickets- ¡nos vamos a un SPA! Hay que empezar los dieciséis con buena cara, nunca mejor dicho- rió mi hermanastra.
Sonreí. Nunca había ido a un SPA y la idea me hacia cierta ilusión. Viniendo de ella esos eran los mejores regalos que podía hacerme, y se los agradecí de todo corazón.
-          Ya tienes dieciséis…- murmuró Valerie- …¿Qué tal van las visiones?
-          Técnicamente tengo los dieciséis a las onze y veinte de la noche y respecto a las visiones… no he tenido ninguna, o eso creo- susurré- desde después de la presentación.
Valerie me miró extrañada.
-          Bueno, a partir de ahora te vendrán mas a menudo, tu tranquila- me dijo- ahora me voy a estudiar un poco antes de bajar al pueblo, nos vemos luego, cumpleañera.
Asentí y me despedí de ella. Seguí mi camino, dirección al aula de música para preguntarle al profesor una duda acerca del trabajo sobre Bach. Al girar la esquina me tope con Jack.
-          Perdón…- susurré.
-          Es igual- dijo fríamente Jack que con decisión ya hacía intención de retomar su camino.
-          Jack…- le agarré por el brazo.
-          ¿Qué?-su voz sonó dura, antipática.
-          ¿No podemos al menos ser amigos?
-          No.
-          ¿Por qué?
-          Porque no- dijo tozudamente- y ya basta, te dije que no me volvieras a hablar.
Y tras decir esto desapareció de mi vista. Sus palabras habían sido cual puñales para mí. ¿Por qué era así conmigo? Si hacia tan solo unos días me encontraba entre sus brazos, besando esos labios que ahora me decían que le dejara en paz. Me odiaba a mi misma por ser incapaz de odiarle a él.
Tras ir a música y escuchar a duras penas lo que me decía el profesor subí de nuevo a mi cuarto a evadirme del mundo. En cuanto entré unos pitorreos, gritos y aplausos interrumpieron mis pensamientos.
-          ¡Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseamos todos, cumpleaños feliz!- canturrearon a coro mis amigos.
No pude desdibujar la sonrisa de mi rostro ningún segundo mientras Dereck, Daniel, Valerie, Martha, Wendy…. Incluso Alice se acercaban a felicitarme y a darme besos y abrazos.
-          ¡Oh, chicos no teníais porque, enserio!
-          ¿Cómo que no?- dijo Dereck- ¡es tu cumpleaños, preciosa! ¿Quieres algo de beber?
-          Em.. vale- dije un poco desconcertada. Entonces me di cuenta de que habían hecho desaparecer las camas y habían colocado una barra con bebidas y comidas a un extremo. Una bola de discoteca colgaba del techo y luces de diferentes colores que no sabía de donde salían iluminaban la habitación. Se oía música de fondo y había gente bailando. La habitación parecía mucho mas grande que de normal.
Ni siquiera el buen ambiente que habían creado, ni los regalos que se amontonaban en el sofá, podían hacer que olvidará a Jack y lo mal que me sentía cuando me despreciaba. Necesitaba tomar el aire, así que me escabullí cuando nadie miraba. Genial, era completamente idiota: escabulléndome de mi propia fiesta. Pensé en ir al arroyo, al Cielo o a dar una vuelta por los alrededores pero el riesgo de encontrarme con Jack era demasiado elevado así que fui al baño y me escondí en una cabina. Patético, sí.
Dos golpecitos en la puerta.
-          ¡Elisabetta! ¿estas ahí?
-          Sí…-murmuré.
-          Anda, toma- era la voz de Martha.
Una mano apareció por la rejilla que había entre la puerta blanquecina y el suelo, extendía una bolsa de plástico. La cogí y la abrí. Era un bañador azul oscuro, con un adorno a un lateral amarillo y cian. Muy bonito, la verdad.
-          ¿Un bañador?
-          Sí, busqué tu nombre en google y.. ¡uala! ¡Elisabetta Venere medalla de oro en el campeonato continental de natación! ¡Y de muchos mas sitios impronunciables!- dijo Martha- ¡Me lo tendrías que haber dicho! Pero bueno, no pasa nada, te he inscrito en el equipo de natación. ¡Que digo inscrito! ¡Ya estas dentro! Le hablé de todos tus logros y potencial a Paloma y te aceptó enseguida.
-          Para, el carro- la interrumpí- ¿Equipo de natación? ¿Quién es Paloma?
-          Haber… que digamos que he descubierto tu secretito de campeona de natación y que he convencido a Paloma, la capitana del equipo de natación, de que te acepte sin tener que hacer esas odiosas pruebas- dijo Martha, al otro lado de la puerta- Paloma es esa chica rubia tan maja, la amiga de Sofía. ¿Te suena no?
Así que la flacucha esa se llamaba Paloma y era la capitana del equipo de natación. Vale, bueno saberlo.
-          Eh, si, claro- dije- pero, Martha, no estoy segura de querer entrar en el equipo…- mentí.
-          ¡Bah, tonterías! ¡claro que quieres!- dijo Martha- y ahora, sal de ahí y volvamos a tu fiesta.
-          Vale, vale- dije mientras abría la puerta y salía de la cabina.
El entusiasmo de Martha me sobrecogía. Me abrazó en cuanto cerré la puerta.
-          ¡Ya tienes dieciséis! ¿Sabes cuantas cosas se pueden hacer con dieciséis?
Reí y negué con la cabeza. Martha interrumpió su risa en cuanto me observó fijamente a los ojos.
-          ¿Estabas llorando?
-          No… pero casi.
-          ¿Qué pasa?- preguntó Martha mientras me acariciaba el brazo.
-          Tonterías, volvamos a la fiesta.

* * *

A las once ya habíamos vuelto al Buchiller. Habíamos salido un rato a dar una vuelta por aquel pequeño pueblo pesquero lleno de bares pero sin ninguna discoteca. Pero a las once, como muy tardar, ya teníamos que estar en el internado, pues solo el ultimo sábado de cada mes nos dejaban hasta tiempo indefinido o incluso ir a pasarlo a casa. Ahora eran las once y siete. 13 minutos y tendría oficialmente dieciséis años. Alice no estaba en la habitación, según Valerie, debía de estar con Sofía y Paloma (cada vez que pronunciaba esos nombres tenía que hacer un gran esfuerzo para evitar las arcadas) planeando lo de la fiesta del viernes que viene. Valerie y Cinthia habían ido a robar algo de dulce a la cocina, por lo que estaba sola en la habitación. Me acurruqué contra la ventana que llegaba del suelo al techo, allí, sentada sobre la moqueta. Observé el cielo oscuro adornado únicamente por una finísima línea curva, una pequeña Luna brillante. Deslicé los dedos, con aire pensativo, por el impoluto cristal, añorando algún estúpido recuerdo que ronroneaba por mi mente. Y digo estúpido porque todo lo que pasaba por mi cabeza tenía que ver con él. Con ese chico que en cuanto lo conocí me calló fatal por su arrogancia y su falta de modestia pero que ahora me había robado el corazón. Martha me había dicho que era una buenísima persona y para nada narcisista y yo, había llegado a la conclusión, de que solo debía ser así conmigo. Y, ahora mas que nunca, sabía que ni siquiera su comportamiento hubiera podido evitar que poco a poco me enamorara de él. Que ni siquiera que me evitara y me tratará como una mierda pueda interrumpir el crecimiento de lo que sentía por él. Intenté desalojar estos pensamientos de mi mente, desalojar su intenso mirar o su pícara sonrisa, pero no me era posible. El sueño me golpeó y cerré los ojos, antes de conciliar el sueño vi que el reloj marcaba las 23:19.
Unos golpes contra el cristal hizo que abriera de golpe los ojos, me giré instintivamente y no pude evitar sonreír. Jack estaba frente a mí, con el pelo revuelto que tan loca me volvía y su chaqueta de cuero. Abrió el cristal y me tendió la mano. En un principio no pensaba aceptársela, aun estaba resentida por qué pasara de mí, pero sin darme cuenta alcé mi mano y la entrelacé con la suya.
-          Confía en mí- susurró Jack.
Asentí, con el labio inferior temblándome. Jack tiró de mí y me sacó fuera de la habitación, a través de la ventana. Tardé un  poco en darme cuenta de que estábamos a mas de 30 metros de altura y lo único que me sostenía era la mano de Jack entrelazada con la mía y el brazo de él, descansando sobre mi cintura, muy cerca de mis caderas. Me estremecí ante su contacto. Me acarició la mejilla con el dorso de la mano, y hasta que no lo hizo, no supe bien lo mucho que había extrañado el contacto con su piel. Comenzamos a flotar, que digo flotar, ¡volar! Hacia el bosque, por encima de sus altas copas. Las roce con la yema de los dedos mientras no podía apartar de la vista de los ojos de Jack. Traspasamos el bosque en toda su espesura en compañía de una fina brisa que hacia revolver nuestros cabellos y el fino camisón que llevaba. Bajamos en picado hacia el arroyo pero a pesar de ello no sentí ni pizca de miedo, unos centímetros antes de sumergirnos en sus aguas nos paramos con la elegancia propia con la que cae una bailarina de ballet después de un salto. Deslicé mis dedos por el agua, mientras volábamos por encima de ella. Seguimos la corriente del arroyo, el transcurso de su caudal. Ascendimos de nuevo hacia la oscuridad del cielo, sobre las nubes grisáceas que impedían ver las estrellas. Noté la esponjosidad de las nubes bajo mis pies descalzos. Allí, de pie, frente a Jack fue la primera vez que sentí la felicidad en todo su esplendor.
Me cogió la mano, alzándola, y posó sobre mi muñeca una fina pulserita de plata con extrañas inscripciones alrededor de la trencita que la formaba. Cerró el broche y después besó mi mano. Era realmente hermosa. Casi tanto como la noche que transcurría a nuestro alrededor. Después de besar mi mano, besó mi muñeca y mi antebrazo y fue subido a través de mi brazo, siguiendo un camino recorrido por tiernos y sensuales besos, llegó a mi cuello. Un escalofrío de autentico placer recorrió mi cuerpo desde mi coronilla hasta la punta de mis dedos. Siguió besando mi marfileña piel, a través de mi cuello, llegando a mi clavícula y subiendo poco a poco, hasta rozar la comisura de mis labios.
-          Ya es tu cumpleaños- me susurró en el oído tiernamente- felicidades, Elisabetta.
Sonreí al sentir el cálido aliento de sus palabras contra mi piel. Ya debían ser las 23:20 así que mis dieciséis empezaban con muy buen pie. No podría haber deseado un comienzo mejor.
-          Gracias, es preciosa- murmuré.
-          Lo sé- dijo Jack- pero no más que la chica que la lleva.
Sonrió él antes de besar mis labios. Nuestro contacto era electrizante y hacía que me evadiera del mundo, que pudiera rozar las nubes con los dedos, nunca mejor dicho. Busqué de nuevo su boca.
-          Te quiero, ¿sabes?- murmuré ruborizada.
-          Lo sé, ¿pero sabes que yo mas no?- sonrió Jack antes de besarme de nuevo.
Parpadeé varias veces ante la brillante luz que tenía frente a mí. Abrí los ojos pero enseguida los volví a cerrar ante la molesta luz.
-          ¡Lisbeth! ¿Despiertas o qué?- dijo Valerie, mientras me removía- hemos encontrado pastelitos y rosquillas.
-          Despierta, ya, cumpleañera, que has estado dormida desde que nos hemos ido- dijo Cinthia mientras mordía un pastelito de color rosa- ¿tan cansada estas?
-          No, no se, estaba mirando la luna y bueno, me he debido de quedar dormida.
Ni rastro del cielo a mi alrededor, ni rastro de las nubes bajos mis pies, ni rastro de los ojos dorados de Jack atravesándome, ni rastro de sus labios sobre los míos, ni rastro de nuestros corazones desbordando pasión al unísono. Solo Valerie y Cinthia comiendo golosinas sentadas en la moqueta, frente a mí. Un sueño, todo había sido un sueño. No pude evitar mostrar mi decepción.
Cinthia, con su short a rayas blancas y rosas de pijama, una sudadera de Dayse Donald anchita y el pelo suelto, estaba a mi lado, sacando pasteles y mas pasteles de una cajita. Me ofreció uno. Alcé la mano y lo cogí, pero antes de que la pudiera retirar, Cinthia me agarró de la muñeca.
-          ¡Que preciosidad!- dijo con gran admiración y una pizca de envidia en sus azules ojos- ¿Te la han regalado por tu cumpleaños?
Bajé la mirada hacia mi muñeca. Una muñeca adornada por una preciosa pulsera de plata. La pulsera.

12 comentarios:

  1. omg!! que impresionantee que mono jack!!, y lo dl sueño buah a sido genial, luego resulta q no es ningun sueño dios me encanta enseriio :) espero el sigiente :3

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    1. jajajajaja gracias por leerme^^ el siguiente la semana que viene, supongo(:
      Un beso, guapa♥

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  2. :) todavia estoy conmocionadaaa:) increible, impresionante, me encanta!!! adoro este capitulo, el sueño es genial, espero el siguiente con ilusion:)
    bss

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    1. Me encanta que te guste, enserio, muchas gracias por leermee^^
      Un beso♥

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  3. aiiish, increiblee! me a encantado, creo k mas que cualquier otro! buuff, me e emocionado!! siguiente pronto porfaa! muxos besos!! :)

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    1. La verdad es que este es uno de mis capitulos favoritos jajaja
      La semana que viene estara el siguiente, gracias por leerme, besitos♥

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  4. Precioso!!Espero el siguiente prontooo,que digo pronto prontisimoo!!Si no me dara un xungoo!!Que mono es Jack,aun sigo emocionada

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    1. jajajajajaja el siguiente esta por la mitad, supongo que la semana que viene lo subire^^
      Gracias por leerme, un besito♥

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  5. Hola!!! Ante todo me presento: Me llamo...bueno eso que más da, solo quería decirte que te descubrí a través del Tuenti y desde entonces tus relatos me enamoraron ,chica. Hace mucho que no leía una historia diferente pero buena y te agradezco de todo corazón que escribas ;)
    Le iré pasando la dirección a mis contactos,jaja.
    Que te sea leve.Un beso

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    1. Ains, no me digas esto que me emociono:$ muchas gracias por leerme, la verdad, es que desde peque me ha gustado escribir y que a la gente le guste es bbfff.. increible jajaaja
      Gracias, enserio(:
      Un besito♥

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  6. mee encantaa tuu blogg!!! loo e empezadoo a leer i mee tienes enganxadaa ;)
    pasaatee x mii blogg pliss:http://amorconderechoaposesion.blogspot.com.es/
    un besoom ;)

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  7. Hay q dulce es el final con lo de la pulsera Mia!!! es capi es genial.Daniel el primero q la felicita de la escuela es genial el regalo q hace me encanta ese chico y su amiga Cris pobrecita con lo del ex y lo de q su amiga se va a otra escuela, la fiesta y el regalo de Valerie y de Martha molan. Me a encantado el capi Mia es genial lo mejor lo de Jack un beso guapixima quiero el siguiente;)

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